miércoles, 10 de junio de 2015

96-91: LeBron James y los Cleveland Cavaliers toman el control de las Finales NBA

Los Cavaliers vuelven a secar a los Warriors y controlan la reacción espectacular pero tardía de Stephen Curry de la mano de LeBron y Dellavedova

Poca gente apostaba por estos Cleveland Cavaliers, reducidos a LeBron James y cuatro piezas improvisadas, muy tocados para enfrentarse al mejor equipo de la temporada, a unos Golden State Warriors afinados a la perfección en estos playoffs. Tras su victoria por 96-91, la primera en casa para los Cavs en unas Finales NBA después de 45 años de sequía, el conjunto de David Blatt reivindicó el papel de la experiencia en el campo de batalla.  
Bajo el liderazgo de LeBron y su enérgico escudero, Matthew Dellavedova, los Cavaliers lograron la ventaja en la eliminatoria, un 1-2 ante unos Warriors desdibujados. El mesías de Cleveland, el jugador que más puntos ha sumado en los tres primeros partidos de unas Finales (123) –por delante de Rick Barry (122) y Jerry West (118)– volvió a completar un recital de todos los colores con 40 puntos, 12 rebotes y 8 asistencias, a las que añadió 2 tapones y 4 robos de un valor incalculable en defensa. Tras un último cuarto intenso, en el que despertó la mejor versión de un irregular Stephen Curry, James logró dos recuperaciones vitales en el minuto definitivo.  
De poco sirvió que el MVP de la temporada compensara en la segunda mitad, y en especial en los últimos 120 segundos, en los que enchufó cuatro triples, su mal rendimiento en el inicio. El base sumó 17 de sus 27 puntos totales en el cuarto período, acumulando un 6 de 9 desde la línea de tres después del descanso. En la primera mitad se quedó en 3 puntos y 3 asistencias, en un pobre 1 de 6 en tiros de campo.  
El antídoto de los Cavs para la estrella rival fue el mismo que en el segundo partido. El australiano Dellavedova volvió a salirse y, más allá de frenar a Curry, se transformó en la segunda fuerza anotadora local con 20 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias. Otro recital inesperado de un jugador que va al suelo en todos los balones divididos y que es capaz de lograr una desesperada canasta a tabla mientras recibe una falta y se desploma sobre el parquet. No es nada para él, que se levanta y consigue el tiro adicional, en un 2+1 que colocó anoche el 84-80 a falta de dos minutos.  
En la siguiente jugada, LeBron pareció sentenciar con un triple lejano (87-80) a unos Warriors duros de pelar a pesar de su evidente mal juego. No fue así por la virtud de Curry, que se quedó sin sonrisa, como contra los Grizzlies en semifinales de conferencia. Las defensas férreas son la gran pesadilla de los de Steve Kerr, que está siendo superado en lo táctico por un Blatt curtido de éxitos en el baloncesto Europeo, referente en cuanto a ideario defensivo.  
Bajo los focos del Quicken Loans, los aficionados volvieron a disfrutar de un choque de titanes. La atmósfera en las gradas presagió el espectacular arranque de los Cavs, que no abandonaron el liderato en ningún momento. Cuando Golden State parecía haber tocado fondo, Klay Thompson y el resto de compañeros plantaron a Curry. El hermano de festines anotadores del base se quedó en 14 puntos y 6 aciertos en 16 intentos. La única esperanza la aportó el hasta ahora inédito David Lee con 11 puntos desde el banquillo. Andre Iguodala, Draymond Green y, en especial, un negadoHarrison Barnes, con 8 intentos sin acierto, estuvieron muy por debajo del rendimiento esperado.  
Con todo, los Cavs navegaron a placer hasta los vestuarios (44-37). J.R. Smith apareció con 10 puntos, con cuentagotas pero siempre en los momentos de mayor pegada del rival, un papel similar al ejercido por James Jones (7). Poco más necesitaron los locales cuando la pareja de ases se alió en un tercer cuarto demoledor. LeBron y ‘Delly’ atormentaron al rival con 23 puntos de los 28 totales y llegaron a colocar el diferencial a +20. Por segunda noche consecutiva, los Warriors alcanzaron el último cuarto con su peor marca anotadora del curso (72-55) 
“Lo que ha pasado en los últimos minutos nos debe hacer reflexionar”, apuntó con acierto James. El recital de Curry, en un parcial de 24-36, casi les roba la victoria y permite alzar la cabeza a unos Warriors que estaban completamente fuera de las Finales. LeBron fue otra vez el mejor y tomó el mando pero, a pesar del triunfo, entendió que no hay margen de puntos seguro ante los de Oakland. La emoción sí está asegurada.

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